Fueron 250.000 personas, 125.000 por noche, las que vibraron con las canciones de los hermanos Gallagher. Una marca récord que dejó atrás a grandes leyendas como Led Zeppelin en el Knebworth Festival, evento que reunió 200.000 espectadores; y Queen en Hyde Park, 1976, con 180.000 fans. El de Oasis fue el concierto con mayor cantidad de asistentes para una sola banda en la historia de Reino Unido, superado únicamente por el festival Isle of Wight, que convocó 600.000 almas y contó con íconos del rock como The Who, The Doors, Jethro Tull, el jazzista Miles Davies y la última presentación en vivo de Jimi Hendrix.
En 2021, con motivo de celebrar los 25 años de aquella jornada, vio la luz el documental cinematográfico titulado "Oasis Knebworth 1996", además de un disco doble y vinilo triple. El film fue dirigido por Jake Scott, ganador de premios Grammy, y tuvo como productores ejecutivos a Noel y Liam. Además, recopiló lo mejor de ambos días, abarcando múltiples aristas del evento; desde los fans sacando sus entradas hasta clips del backstage y entrevistas con los músicos.
The Prodigy y The Chemical Brothers fueron los teloneros, mientras que el guitarrista John Squire de The Stone Roses, con quien Liam lanzó un álbum en marzo de este año, se sumó para interpretar el hit “Champagne Supernova”. Por supuesto, en el setlist no faltó el clásico mundial “Wonderwall”, además de “Don’t look back in anger” y “Live forever”. Sobre este último tema, Noel diría: "Éramos una banda bastante decente la noche antes de que escribiera ‘Live Forever’, pero era música independiente. El día después de haberlo hecho, seríamos la banda más grande del mundo. Lo sabía".
La demanda de entradas fue asombrosa y, de hecho, la más grande en la historia de los conciertos británicos, con 2.500.000 personas queriendo conseguir sus tickets, es decir, más del 2% de la población del Reino Unido. Estaba todo dado para que fuese una noche magnífica. Y lo fue. El grupo se encontraba en su apogeo: Liam, además de vertiginoso y desafiante como suele ser, demostró un impecable registro vocal. Noel, por su parte, complementó a la perfección con sus coros y un brillante tono de guitarra. Eran cinco jóvenes cumpliendo su sueño, conectados con un público enloquecido. El concierto de una generación.
Oasis fue uno de los últimos grandes fenómenos de la música previa al nacimiento de la tecnología como la conocemos en la actualidad. “Te lleva de regreso a una época en la que no había nadie sosteniendo un teléfono o un iPad frente a tí”, dice una fanática en el documental. La banda generó en su territorio un revuelo digno de sus amados Beatles, que mantuvieron cerca no solo en sus armonías y referencias en las letras, sino que también interpretaron un cover. “I am the walrus”, del álbum “Magical Mistery Tour”, fue el elegido para dar cierre a esta ocasión tan especial.
Oasis apareció y rompió todo. Lograron ocupar un lugar fundamental en la escena musical que marcaría una generación, llenaron estadios como lo hacían sus mayores ídolos, mantuvieron viva la llama del rock haciendo uno de los conciertos más grandes de la historia. Más allá de haber compartido un movimiento como lo fue el Brit Pop, con grupos como Radiohead, Blur, Pulp, The Verve, Keane y Coldplay, entre otros, los oriundos de Manchester alzaron el último estandarte del género, conectados íntimamente con su público.
Casi tres décadas más tarde, se sigue hablando de lo que lograron los Gallagher en Knebworth. Aún 15 años después de su separación, fanáticos alrededor del mundo continúan esperando el retorno de la banda. Esperanza que se renueva cada tanto, pero que se derrumba con las declaraciones de los hermanos. “Esto es historia, aquí, ahora", dijo Noel durante el segundo y último recital. Y tenía razón. Oasis selló con éxito su trascendencia en la historia de la música.

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