Un romance del amor más incondicional y una especie de simbiosis es lo que se produce cuando el fan y Megadeth se reencuentran. El fuego que nunca se apaga y se renueva con cada visita cumple 30 años desde aquella histórica jornada en el Estadio Obras Sanitarias, donde se coreó por primera vez un “Aguante Megadeth”. Cántico que luego se propagó impregnando un atisbo de argentinidad en cada rincón del globo, desde nuestros vecinos latinoamericanos hasta Asia y Oceanía.
Armado con su distintiva camisa blanca, pantalón y calzado negro; su emblemática cabellera rojiza revuelta y una guitarra Gibson Flying V negra, salió a escena el ídolo; el resto del grupo, con prendas oscuras. La canción que da nombre al último disco se mantuvo como la elegida para comenzar el show y luego “Dread and the fugitive mind”, que debutó en vivo en suelo argentino.
Los cambios de formación son una constante desde que se fundó el grupo y este año no es una excepción. La nueva alineación que llegó al país en esta ocasión estuvo conformada por Dave Mustaine en voz y guitarra; Dirk Verbeuren en batería; James LoMenzo en bajo y Teemu Mäntysaari, el joven guitarrista finlandés que reemplazó al brasileño Kiko Loureiro a partir de septiembre del 2023, cumpliendo perfectamente con las altas expectativas del público argento.
El setlist fue de 16 canciones, dos más que la jornada anterior. “Angry again” y “She wolf” fueron los hits que se sumaron a la lista, mientras que “Devil’s island” salió por “Countdown to extinction”, la cual no tocaban en Argentina desde su visita en 2012 y sorprendió gratamente al público. “Mechanix” al igual que en la primera fecha, no sonó. El resto de los temas se mantuvieron inmutables: el combo “Wake up dead/ In my darkest hour”, “Tornado of souls”, “A tout le monde”, “Trust”, “Peace sells” llegando al cierre y, por supuesto, la aclamada “Symphony of destruction”.
Los miembros del Big Four (cuatro grandes del Thrash Metal) son una banda de clásicos. No solo por sus temas, sino también por su crew que, aquel seguidor acérrimo sabe identificar: Fred Kowalo, técnico de guitarra, Adriano Chiesa, el histórico seguridad que acompaña al grupo durante las giras por Sudamérica y Dave McRobb, administrador web y presidente del Cyber Army, la comunidad virtual de fans alrededor del mundo. Los últimos dos están ahí, cerca de la gente, interactuando con ellos en la valla antes de cada evento.
“Fueron mucho más ruidosos que el público de anoche”, dijo Mustaine durante el show, en referencia a los que asistieron el sábado 13. Y es que el hincha recalcitrante de la "Filarmónica del Colorado" corea y canta hasta en los silencios. Cuando la banda no está tocando es la gente quien da el espectáculo. “Ooh, Megadeth es un sentimiento, no puedo parar”, a los gritos, sin cesar casi hasta el próximo tema. “Éste es Buenos Aires, no sé quién estuvo acá anoche” sentenció el frontman y presentó el tema final: “Holy wars… The punishment due", interpretado con una icónica guitarra pintada con los colores de la bandera argentina.
El “Crush the world tour” que, honrando el nombre de la gira, aplastó a casi 15.000 personas en el Movistar Arena este domingo, aún no termina. La seguidilla de tres conciertos que inició el sábado finaliza hoy, fecha agregada sobre la marcha luego de la cancelación en Uruguay. La última bala y, quizás, a juzgar por el “We will be back” del "Colorado", un hasta luego.
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