"¡Qué fiesta, la puta madre!" Dijo un muchacho, mientras la multitud abandonaba el Vorterix. Ese fue el clima vivido el 30/11 durante el show de The Hives: festivo, enérgico y alegre.
Una celebración explosiva luego de nueve años de espera, cargada de grandes éxitos y temas nuevos del álbum The Dead of Randy Fitzsimmons, que van rumbo a consolidarse como clásicos.
Dos ninjas sostenían los instrumentos mientras sonaba el tercer movimiento de la marcha fúnebre de Chopin, para después dar paso a la entrada de los músicos. Una vez posicionados y de espaldas al público, comenzó "Bogus operandi". Las luces resplandecían al ritmo de cada acorde, hasta la entrada triunfal de Pelle. Ahora sí, banda y multitud frente a frente. La fiesta había comenzado.
Una audiencia variopinta con notables expresiones de felicidad gritaba, saltaba y coreaba las canciones, tal como lo pedía el cantante. Parejas, gente grande, jóvenes, padres e hijos, amigos o gente sola, cualquiera que estuviese allí, hacía pogo.
Al menos en el inicio, el setlist siguió en la misma línea que los anteriores shows de la gira: "Main offender" en segundo lugar, seguido de los clásicos "Walk idiot walk", "Good samaritan" y "Go right ahead", incluyendo además "Rigor mortis radio" del último álbum como cuarto tema.
"Primero: 'Hate to say I told you so', y segundo: Francia", exclamó Pelle para que la guitarra de Niklas Almqvist comenzara los míticos acordes, automáticamente coreados por un público enardecido. Al instante y, como si no hubiésemos tenido suficiente con el hitazo, hicieron "Trapdoor solution", de ritmo frenético, desenfrenado, y de tan solo un minuto de duración.
La jornada se hizo aún más entretenida con intercambios graciosos entre el cantante y algunas personas, como un chico que quería tocar el bajo junto a ellos. Esto fue un leit motiv para el vocalista, quien luego, ante cada comentario de un fan, diría: "¿vos también querés tocar el bajo?". El vínculo alegre e intenso entre los Hives y el público fue total.
Sin dudas, Pelle Almqvist reafirmó en Argentina su derecho al trono de los frontman de rock. Como nos tiene acostumbrados, recorrió activamente el escenario, se subió a la valla, y hasta hizo crowdsurfing durante la canción "I'm alive". Sabe cómo manejar al público e incentivarlo, llevando la noche a otro nivel, dejando todo en la tarima y haciendo valer cada centavo de la entrada.
El único pedido que aceptaron en lo que va del tour fue "Two-timing touch and broken bones" del álbum Tyranosaurus Hives. Entonces el show comenzó su recta final con: "Countdown to shutdown", "Come on!" y el aclamado "Tick Tick Boom".
Con una figurita de Messi pegada en el cachete, un sonriente Pelle saludaba a los afortunados fans que se encontraban junto a la valla. Luego de una hora intensa de fiesta, pogo, frenesí, y con pocas ganas de abandonar el escenario, The Hives se despidió de su gente, aunque habiendo prometido previamente no hacernos esperar tanto para la próxima visita.


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